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Mostrando entradas de noviembre, 2012

El francés no sabe de amor.

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"Un moment après, elle m'a demandé si je l'aimais. Je lui ai répondu que c ela ne voulait rien dire, mais qu'il me semblait que non..."  L'étranger. Camus Cela ne veut rien dire... *** Día con día, me abro las puertas a una sociedad que no es la mía, donde la cultura, las formas y los modos de la gente son mucho más diferentes de lo que uno desde la comodidad de su hogar y sin hacer aún las maletas se podía imaginar. Dentro de los millones de clichés (falsos o verdaderos) que existen de los franceses, el ser románticos y tener la lengua del amor puede ser -creo- uno de los más falsos que nos ha vendido la historia. No porque el francés no ama, más bien porque el francés no quiere , todos queremos a nuestra manera y cada persona -a pesar de su trasfondo social y cultural- es un mundo aparte que actúa de una manera en particular; sin embargo, a ellos no los enseñaron a querer. Pero es que el francés, el francés conoce una expresión qu

Cine cliché (Ellos)

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Les films des "mecs" qui plaisent aussi de femmes! En el cine como en todo lo comercial siempre hay un público objetivo (target) en el que el creador y su equipo (de publicidad, mercadotecnia, etc. etc. etc.) ponen todas sus esperanzas. Sin embargo, existe mucha gente que -como yo- ama las películas de chicos, sí con golpes y demás clichés, pero la pregunta es ¿Quién no puede amar Gladiador? es un peliculón y a la chica que no le guste es porque no entiende nada de la vida! Mis amigos se siguen asombrando porque de pequeña veía Karate Kid o las películas de Jean-Claude Van Damme -Strret Fighter ¡por favor!-, o critican mi amor por Rocky (I-V), ni hablar entonces de Indiana Jones. Es que esas películas tenían todo: el combate, el suspenso, el drama; son películas que desbordan testosterona, es cierto, pero eso no les quita su lado atractivo. Ok, esas películas eran las verdaderas, eran la neta del planeta. Hoy, tenemos megaproducciones que son mucho menos ru

BUDAPEST

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Caminando recorremos historia, abrimos las puertas del alma y nos enriquecemos paso a paso. Tuve la suerte de viajar por Europa del Este, conocer ciudades que me cambiaron la perspectiva y me mostraron lo pequeño que somos como seres humanos y lo poco que sabemos de la vida; no solo de la vida en general, sino de esa historia "reciente" y contemporánea que moldea la cultura y el ser de la gente, ese vivir que modifica su entorno, su ciudad y su perspectiva sobre ellos mismos y sobre el mundo. Recorremos y vivimos parte de la historia de otros incluso como turistas, porque tenemos la posibilidad de percibir una cultura no solo por la gente, sino también por lo que la ciudad dice de ese país. Sí, reconozco que como turistas nos dedicamos a buscar el "top ten" de cosas que hay que ver, la torre Eiffel o la puerta de Brandenburgo y luego, si nos va bien, algún restaurante "típico y autóctono" para  probar realmente  su comida. Europa tiene la dich

Ficción de una historia de amor.

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Cuando tienes un problema sin solución, siempre puedes buscar un problema más grande para olvidar el primero. *** ¿En qué momento comenzamos a entender lo que sentimos? vivimos en un mundo donde todo a nuestro alrededor nos dice cómo sentir y cómo pensar. Hasta que un día, en un instante, nos quedamos en blanco y no entendemos qué sentimos o qué queremos o cómo sentimos. Nuestra gran racionalidad humana se ve menguada por ese sentimiento de caída libre que se queda en el estómago y así sin más te mueve el piso. El piso, las tripas, la cabeza y todo a su paso porque simplemente no sabemos qué hacer. El problema no es solo no poder descifrar el código, el cerebro y el corazón en un impasse donde ninguno cede territorio, a eso, le sumamos nuestra necesaria interacción social, porque no hay que buscarle la quinta pata al gato para saber que hay un segundo involucrado, que estos sentimientos nunca van solos por la vida. ¿Qué sientes tú? y ¿cómo combinamos lo que sentimos? P