Ni es lo mismo, ni es igual.

Similitudes y diferencias de la izquierda latinoamericana

Siempre es difícil cuando venimos de países con regímenes "delicados" explicar cuál es la política y porque nuestra opinión, a pesar de ser parcial, cuenta de alguna manera esa realidad de la que somos parte. Venezuela, hasta eso, no cuenta la peor de las realidades.

Viví en México 7 años (más o menos), por lo que estas elecciones son parte importante de mi espectro político, asimismo, es interesante como algunos de los que me conocen me preguntan -quizás con razón, por quién votaría, más ahora que AMLO ha ganado tanto poder en la esfera pública y que las comparaciones con Chávez se vuelven cada vez más frecuentes.

En primer lugar, creo que es importante entender que siempre que hablamos de una ideología política, no podemos entenderlo bajo esquemas de "blanco o negro" porque ni la izquierda ni la derecha funcionan realmente de una manera tan radical (salvo algunos países en el mundo). Cada partido y particularmente cada candidato toma de la premisa política de su preferencia lo que más le guste, con lo que mejor se represente y no creo que exista ningún país donde no se mezclen premisas de centro con aspectos más radicales de izquierda o derecha.

Dicho esto, la siguiente conclusión es más que obvia: Chávez no es AMLO, ni AMLO quiere ser como Chávez. Y para quién tenga duda Chávez no es ni Castro, ni el Che, ni el que más odie a los gringos, bueno "estadounidenses" para hacer de este artículo algo más convincente.

 ¿Por qué?  (Aquí una rápida descripción del Chávez político)

Quien conoce de la historia política venezolana sabe -principalmente porque lo vivió- que Chávez no se presentó en campaña -ni gano- como un candidato radical de la izquierda, y para excusa de aquellos que en 1999 votaron por él, su revolución bolivariana tampoco era parte del discurso o de las promesas del candidato que alguna vez fue. Todo cambió -terriblemente rápido- en un período de 2-3 años en los que su mayoría absoluta en la asamblea y el apoyo incondicional de un pueblo mayoritariamente pobre le permitió realizar cambios que la naciente oposición no pudo controlar: su derecho a tomar decisiones sin necesitar la aprobación de la asamblea, el aumento del período presidencial de 4 a 6 años, luego la reelección indefinida, y así, de un día para otro, su revolución se convirtió en un "sueño guajiro" que solo él entiende mientras su equipo político gasta de las maneras más irreverentes el tesoro nacional. 

Lo que en algún momento fue admirado, su franqueza al hablar para decir todo lo que no servía de nuestra gastada democracia se convirtió entonces en su arma principal para insultar o hacerse el gracioso cuando otros presidentes no opinaban como él, esa es desgraciadamente, la clave para el apoyo que mucha gente ele tiene n el exterior, burlarse de Bush y del "imperio" ha sido desde entonces su mejor arma para agradar a los "izquierdistas" (que en su vida han tenido un régimen de izquierda) de todos esos países que viven felizmente en sistemas políticos más convencionales. En el papel todo suena siempre más bonito, nuestra imaginación lo concibe como mejor nos parezca.

Como venezolana tampoco puedo decir que nosotros no tuvimos la culpa, claro que la tuvimos -menos yo claro, yo no votaba en ese entonces! jaja- creímos que por fin alguien "del pueblo", de orígenes humildes sabría realmente qué necesitaba un país con un ochenta y tanto por ciento de población pobre donde solo un minúsculo porcentaje rico manejaba el país. Sí, la clase media e incluso grandes empresarios dieron todo su apoyo a este candidato que representaba entonces "el gran cambio". 

Como dije al principio, no hay que juzgar la izquierda como el peor de los sistemas, otro ejemplo -en este caso uno que vale más la pena- es Lula Da Silva, qué mejor ejemplo que una izquierda que hizo progresar a pasos agigantados a un monstruo (por tamaño y no por terrible) de país como lo es Brasil, otro personaje que viene de un pasado terrible, difícil y de un entorno infinitamente pobre. Lula logró mediante su programa de ayuda "Bolsa familia" y otras medidas, disminuir la desnutrición y promover la educación, logró el empoderamiento de las madres de familia y eliminó los intermediarios económicos, logró que en  su país se disminuyera de manera  impresionante problemas como el hambre, el desempleo o la inflación. Si algún adepto al sistema bolivariano me lee dirá enseguida que Chávez también tiene programas similares, así es, solo que éstos no han funcionado y la inflación, entre otras cosas, no ha hecho sino crecer con el paso de los años.

La diferencia clave, a mi parecer, es que Lula no cree en quitarle a los ricos para darle a los pobres, los ricos se benefician cuando los pobres también tienen.

Otra gran diferencia entre el sistema brasileño y los adeptos a la revolución bolivariana en otros países es una sola y bastante clara: progreso. Bolivia y Ecuador no han hecho sino caer en picada al ir a cada costado de Venezuela, a pesar de que esta última no ha hecho más que darle sus recursos. ¡Imagínense el caso!

Y México, ¿en dónde entra este otro gigante latinoamericano?

El caso mexicano es a mi parecer un ejemplo increíble de lo que puede ser el cambio, por una razón básica, después de 70 años con el PRI, tuvieron la fuerza suficiente para generar el cambio, contentos o no con el resultado, la aparición del PAN en la presidencia fue entonces un gran paso a un nuevo sistema político, para el extranjero, Fox fue el que le quitó la venda al país y permitió, entre otras cosas, la libertad del prensa (aunque en México esto aún sea una idea fantasiosa y lejana de la realidad).

2006 fue una segunda prueba, la gente tenía claro que el PRI estaba fuera del juego en las ligas mayores, ganará aún en otros ámbitos pero no en las presidenciales, el PRD entonces fue sin duda el otro competidor.

Fue esa situación, el plantón en reforma de AMLO en 2006 (entre otras cosas) lo que le resta puntos a su campaña y a su posible victoria del 2012, su pasado lo persigue paso a paso. Él es sin duda un personaje de izquierda, con un programa basado en el desarrollo social y en la inclusión de la clase baja. Ahora, uno de los inconvenientes una vez más está en el discurso, en su estrategia populista y en la falta de convicción en otros ámbitos del desarrollo del país.

Es entonces cuando es necesario ver más allá del candidato y uno debe tomar en cuenta el equipo que lo rodea (Chávez en su época no tenía un grupo político, nunca lo tuvo porque fue su sistema "amiguero" el que reinó en los nombramientos ministeriales -secretarías en México), en el caso de AMLO dentro de su equipo para mí cuenta una sola persona: Marcelo Ebrard, importante también el fuerte apoyo que ha recibido de grandes personajes políticos mexicanos, Cuauhtémoc Cárdenas, por ejemplo, él no debe estar tan mal, ¿no?

Volviendo a Ebrard, tengo la suerte de haber visto el cambio que se produjo en el DF en un período de 5 años, el desarrollo y la disminución de la inseguridad y del crimen organizado, hubo y habrá pan y circo (las playas y su pista de patinaje por ejemplo), pero, sin duda hubo un progreso. Esos son los miedos que podrían hacer dudar a los votantes, ¿qué tanto hará AMLO para quitarse esa imagen de Mesías que tiene con la clase baja? ¿Cómo convencerá a las otras clases que él si es el candidato de todos?
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Otra diferencia importante, son las características generales del país, no es excusa, pero en Venezuela somos en población solo un 20% de lo que es la población mexicana, por lo que la capacidad de manifestarse es -evidentemente- más visible en México. Otro punto importante es que en México hay un sistema legislativo más fuerte, que para un votante con conciencia significa balancear los partidos para que haya un diálogo seguro -a pesar de que se caigan a golpes una que otra vez- que afecta de manera positiva el juego democrático, aunque a veces las "negociaciones" tomen un poco más de tiempo. Y aún más remarcable, ya el mundo tiene  Chávez como precedente, nosotros no teníamos ningún fenómeno político como este de advertencia (triste, pero cierto!) o siquiera comparable. 

¡México está prevenido!

Para concluir, oso decir (a pesar de las críticas que sé que tendré) que el votante de la clase media/alta está entre AMLO y JVM porque, bien o mal, el PAN tiene buenas propuestas, lo malo, como dije al principio son los extremos. Respecto a los otros 2 candidatos, ¿qué se puede decir?... "Yo soy 132" se está encargando de uno y la maestra del otro.













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