28 años y 10 de exilio.

Cada año hago un recuento de mi cumpleaños y de cómo veo mi vida, mis logros, mis sueños y mis fracasos o puntos débiles.

Este año, por alguna razón, todo ha tomado otro significado. Serán 10 años en agosto cuando tomé dos maletas y lloré porque no sabía lo que me esperaba estudiando en otro país. Recuerdo que mi mamá solo dijo "son cuatro meses, si no te gusta te regresas" (cumplir un semestre y ver qué pasaba) y ya son diez años en que esas maletas no volvieron nunca por más de un mes en casa.

¿Nostalgia? infinita. Pero cómo decir hoy si fue o no una buena decisión, si de no haberla tomado, no sería hoy quién soy. No hay vuelta atrás ni buenas o malas decisiones, solo decisiones y camino por andar. Y viendo cómo están las cosas en Venezuela, realmente quién sabe qué sería de mi.

Aún me faltan 12 días para cumplir los 28 y sin embargo siento como si ya los tuviera, se me hace más fácil decir "28 el mes que viene" que aferrarme a mis 27. Es el primer año donde pasaré mi cumpleaños sola, por circunstancias (ir a una boda) y por decisión. Por primera vez no me da tanto miedo la soledad, por primera vez acepto que la soledad es parte de la vida.

Soledad a medias porque tengo la suerte de tener amigos y familia que estan ahí cuando lo necesito. Pero es chistoso como la edad te va mostrando que todo tiene un curso que no puedes controlar.


"Cuéntale a Dios tus planes para que se ría de ti"

Cuánta razón tiene la sabiduría popular, sí, uno crea castillos en el aire y el viento los modifica a su antojo.  Sí, uno toma sus propias decisiones, pero es ahí cuando la opción nunca pensada aparece porque Dios o el universo consideró que era lo que necesitabas y boom, hasta ahí llegaron tus planes y tu vida toma un nuevo curso.

"A los 26 me caso y a los 28 tendré mi primer bebé" Has planes y Dios se ríe a carcajadas, quizás por eso los 27 no me marcaron particularmente, no formaban un punto especial en mis planes de adolescente.


A los 27 por fin hice mi maestría y termine (Gracias Dios) mi "brillante formación académica". También lloré mucho por un amor inconcluso y correspondido a medias, fue el año en que retomé -e intento perder de nuevo lentamente- los 6 kilos que bajé a los 26.

A mis 27 conocí Asia y la magia de Sri Lanka y me reconcilié con mi pasado, entendí que es eso, pasado.

Los 27 marcan mi primera búsqueda real de un trabajo en mi área y que me guste, que me haga sino millonaria al menos cómoda económicamente. El comienzo junto con los 28 de otra etapa de la vida.


Los 27 fueron un proceso de readaptación, de amor propio y de búsqueda.

Creo que los últimos años han sido todos de búsqueda, de encontrar el lugar (físico, geográfico y sentimental) donde quiera echar raíces y terminar de crecer.

Solo queda seguir haciendo castillos en el aire.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Yo no sé quien soy

Harry Potter: Red Carpet

Reforma hecho feria!