No eres tú, soy yo...

(Sí, mi vida viene con soundtrack)




En una de esas series que me encanta…alguna vez le dijeron a la protagonista que no intentara así nada más olvidarse de aquél que tanto quiso, que lo “normal y lo sano” era extrañar, pensar en él y seguir queriéndolo… ya que -con el tiempo- sanamos las heridas y nuestro sistema olvida y crea nuevos recuerdos donde esa otra persona ya no nos acompaña, no es parte de nuestros días y por lo tanto ‘nos curamos’. Obviamente, en esa serie los nuevos medios electrónicos no existen: Twitter, Facebook, Blogs y demás medios son una tecnología aun no descubierta, haciendo ese proceso del olvido mucho más sencillo, ¡ah claro, y metiendo al nuevo galán un capítulo después!

Aunque creo que mi principal problema es no querer olvidarte…¿qué se supone que debemos hacer cuando tienes esperanzas, cuando la ilusión no muere dentro de ti? Y (no tan) secretamente mueres porque todo sea como antes, intentando arrepentirte de esas palabras que dijiste de más. Quién sepa la respuesta, publique su comment YA!

Bueno el propósito del post de hoy no es mostrar otro de mis dramas a los (des)conocidos que me leen, porque en su mayoría, mis amigos ya se lo saben de memoria. Lo interesante del tema es cómo –nosotras mujeres- nos podemos clavar tanto con algo/alguien, y cómo los hombres, pueden tan fácilmente decidir no querer  o no esmerarse en algo así nada más….muchos de mis amigos no entienden el por qué las mujeres somos “así” y la verdad es que yo tampoco! Ojala, como ellos, pudiéramos refugiarnos en el fútbol o en la Wii o alguna de esas chucherías tecnológicas que a ellos los hace seres tan felices…Los hombres definitivamente son máquinas de fácil distracción.

No eres tu, soy yo. Soy yo quién por alguna malformación sentimental no logra olvidarte, o peor aún, no quiere olvidarte y se aferra a eso que dejaste…

Comentarios

  1. No comparto eso de que los hombres se aferran menos. Una vez leí que en realidad era al revés. Las mujeres siempre tratamos de vernos enteritas, sonrientes, aún al día siguiente de una ruptura. Nunca eliminamos eso que sentimos por dentro. Los hombres en cambio van, se ponen una peda, nos mientan la madre, y al día siguente voilá! tienen un 50% menos de estrés...

    Deberíamos seguir su ejemplo

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  2. Eso es justamente lo que digo yo, con la diferencia de que aunque a nosotras no se nos note ahí sigue!! ellos con su peda lo superan, por eso son como máquinas!

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